historias para no ser contadas: 4...the nutty professor
Victor Vázquez. Cabeza con clavos, 1998 Para C.
En algún lugar de las Pampas, de cuyo nombre no puedo acordarme, existe un hombre plagado por sus deseos. Él se encerraba en el silencio para así concentrar todas sus fuerzas en esa lucha contra sus pasiones. Es un profesor. Había dedicado todo su empeño académico a la teorización de la técnología, pues en ella veía una forma de escapismo. Un día, cansado de refugiarse en sus artificios técnicos, decidió buscar una manera de batallar definitivamente esta debilidad. Lo único que quería era darle duelo a todas esas sensaciones humanas, demasiado humanas. Acudió a Luis, su amigo experto en informática. Diseñaron juntos una máquina capaz de borrar todos sus deseos. Luis al principio se rió mucho pero luego aceptó el reto. Después de varios intentos encontró una manera de llevar a fruición las demencias del profesor. Era un aparato de dimensiones inmensas. Estaba lleno de botones y luces que parpadeaban. Era una maquinaria muy complicada, como todo artificio técnico ha de ser. Nuestro personaje vio la creación de su amigo y se sintió muy satisfecho. Él, como buen profesor, comenzó un extenso discurso sobre la importancia de la tecnología para facilitar la vida humana. Luis lo miraba sin registrar ni una palabra pues lo encontraba decididamente aburrido. Finalmente decidieron poner el producto de sus efuerzos a la prueba. El hombre se sentó cerca de la máquina. Su amigo colocaba cables y demás afiches en el pecho y la cabeza del profesor.
No sé si dolerá, nunca he hecho algo tan extraño como esto, dijo nerviosamente Luis.
El hombre sonrió desafiante.
No me importa, no será peor que vivir luchando contra mis deseos.
El amigo lo miró escépticamente pero la curiosidad de ver a su criatura en funcionamiento era demasiado grande. Empezó a operar los botones y esperó...Un destello inmenso de luz salió de la máquina. El hombre saltó en la silla y gritó del susto. Aguardaron unos segundos. Al parecer todo había salido bien. Luis comenzó a hacer una serie de preguntas para ver si la máquina cumplió su propósito.
El profesor contestaba fríamente y parecía completamente destacado. Incluso se mostró indiferente hacia las preguntas por ella, la mujer que protagonizaba sus sensuales sueños.
Sin duda alguna el experimento había funcionado.
Nuestro personaje volvió a su casa ahora sin pasiones, sin sentimientos, sin deseos. Ahora sólo vivía desde su mente. Su cuerpo era sólo un medio por el cual existir. Nada más.
Orgulloso del experimento se encerró nuevamente. Escribió 10 ensayos, 18 conferencias y acabó su segunda tesis doctoral sin dificultad alguna. La vida continuaba más allá de la ventana pero él no se enteraba.
Un día Luis estaba trabajando cuando escuchó una explosión. Llegó demasiado tarde. Aquella máquina se había destrozado. Lástima, pensó, ¡podría haber ganado plata con este invento!.
A dos cuadras del apartamento de Luis, el profesor comenzaba a escribir otro artículo. Mientras teclaba las palabras pensó en ella. El rostro de aquella mujer le llegó inesperadamente. Un mar de recuerdos se apoderaron de él…
Revivió cada instante de aquel día…las palabras, las risas, el neviosismo, el cariño...todo.
Y de la nada se ahogó en su llanto. No entendía nada de lo que pasaba. No lograba concretar ningún pensamiento. Lo único que podía hacer era sentir…sentir deseo...sentir pasión...sentir calor...Todo lo experimentaba intensamente desde la piel. Las sensaciones eran tan fuertes que se convirtió en fuego. Observó impotente cómo su cuerpo se iba consumiendo entre las llamas. El profesor, al fin, vuelto deseo incontenible...
Labels: ficción, historias para no ser contadas
Qué decir?? a veces la realidad es más fantasiosa que la imaginación...o quizás el contrario....quién lo entiende?? creo sólo que la ironía sea la mejor arma para tomar las cosas, como bien sabes---a lo mejor también para interpretar y tomar los propios deseos.....deberíamos aconsejarlo a alguien, no?
te quiero mucho. MUCHAS GRACIAS-
????????
Sé de alguien que podría haberle hecho llorar lo que escribí...pero espero que no haya sido mi culpa...
jejejejejeje
Como siempre, toda una pieza!
El quemarse en deseos, y sentimientos tan...real.
Excelente!
Pasión, sentir, deseo, piel, sueños.
¿Cómo vivir sin ellos?
¿Qué sería de mí si no existieran, quién sería antonces?
Gracias no apta, muy bello tu relato.
¡Felices días para tí, llenos de emoción!