la simple cotidianidad de un idiota
Él no es un hombre interesante. Él es un hombre cualquiera. Él sigue su rutina religiosamente. Trabaja, respira, come, va al baño, en fin, como todo el mundo. Por su cabeza no pasan pensamientos reveladores. Es tonto, pero disfraza su mediocridad con su prepotencia. Estaba atendiendo los clientes con la misma sonrisa plástica para así solicitar su propina mandatoria. Mientras llevaba unas copas a la mesa, un inmenso abismo se apoderó de él. No entiendía de dónde vino esta sensación de pérdida. Tampoco trató de pensarlo mucho, porque él es así...mientras menos se piensa mejor se vive.
Salió del trabajo para almorzar. De camino a su apartamento vió una figura que le resultó familiar. Hacía tiempo que no la veía. La encontró más guapa que nunca. Se sorprendió a sí mismo con un mar de recuerdos. Comenzó a dirigirse hacia ella para al menos saludarla y ver si ella también lo guardaba en su memoria. Se detuvo. Se percató que ella no estaba sola. Una figura alta masculina la abrazó y ella se reía emocionada. Vió cómo se acariciaban tiernamente. Le entró un calor inexplicable y decidió dar una vuelta más larga para regresar a su apartamento. Tiró las llaves en la mesa. Respiró profundamente. No logró pensar nada...pero él es así de limitado. Se tiró a la cama e intentó dormir un poco antes de regresar al trabajo. Su corazón palpitaba ferozmente. Sus manos, cual si tuvieran vida propia, comenzaron a dibujar aquel cuerpo femenino que tan bien conocían. Suspiró profundamente sin entender lo que ocurría. Miró el reloj y enténdió que se acaba su privilegiado espacio de libertad.
Pobre de este hombre que ahora le tocó estar con ella. ¡Esa mujer es insoportable! Mejor que le haya tocado a él...
Y con este pensamiento comenzó a reírse convenciéndose a sí mismo de que no siente nada por ella. Fue a la cocina y agarró lo primero que encontró. Se lo fue comiendo mientras regresaba a sus deberes. Ya olvidó todo.
Él es así de simple.
es excelente, es una realidad, siempre queremos cerrar los ojos y no enfrentar lo que sentimos, sirepre queremos olvidar, sin importar que nos engañemos a nosotros mismos