apuntes de una niña...
Eres una niña…Por alguna razón este comentario me irritó bastante. Lo interpreté como una manera de desacreditarme como mujer. Sentí mucha condescendencia en esa frase, como si en ella se encontrase un medio por el cual no tomarme en serio.
Reflexionando sobre esas palabras, como siempre suelo hacer, he descubierto que posiblemente ellas encierren alguna verdad. Es cierto que mi forma de enfrentarme a la vida es propia de una niña asustada. Contemplo este mundo y no lo entiendo. Me asusta el caos que veo alrededor. Posiblemente más allá de todo mi cinismo reside una inocencia latente, una sensibilidad que todavía me persigue.
Hace unos días redescubrí un libro escrito para niños…Al igual que muchos, fue mi primera experiencia de lectura, el inicio de un incesante amor por la palabra escrita. En sus palabras encontré nuevamente la sabiduría que encierra esta pequeña novela, texto de una sencillez extraordinaria. Hay algo que se pierde en la medida que crecemos, como advertía sabiamente Holden Cauffield. Los adultos han corrompido el mundo, lo han llenado de su odio, de su vanidad, de su ambición. Hemos perdido la capacidad espontánea de amar y de regocijarnos del mero hecho de estar vivos. Habría que volver a ser niños, volver a ver el elefante dentro de la boa, volver a mirar desde el corazón, volver a ser capaces de amar una rosa.
Asemejarse a un niño no es motivo de ofensa, en todo caso es un elogio…
Y ninguna persona en edad adulta comprenderá jamás que estas cosas sean verdaderamente importantes.
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¡Simplemente genial!
Me encanta lo que cuentas y como lo haces, sigue dándole gas...