Y allí, entre las sábanas, me esperas.
Mi dulce amante fiel.
Pacientemente aguardas mi retorno, sin importar la hora, sin importar lo que se haya desencadenado durante el transcurso del día.
Allí estás, en el silencio de la noche.
Estás siempre en la inercia de la espectativa.
Allí me cuentas una historia difícil que asumo porque ya es mía.
Y así, me pierdo entre tus palabras, absorviendo tu sabiduría y tu tristeza.
Y así, entre lágrimas y sonrisas, me encuentro en una entrega absoluta.
Por un momento borro la insípida existencia que me agobia
y siento que revivo intensamente a tu lado.
Me rindo lentamente al sueño, sumergida en tu abrazo.
Y allí, esperaré con ansiedad nuestro próximo encuentro
cuando el día se desvanezca
cuando el mundo cese su relevancia
allí, estaremos tú y yo
latiendo en la oscuridad que nos rodea.
Labels: palabras
Esas conversaciones en la noche, son las mejores, son mis favoritas. No se que magia encierran, pero por lo menos yo me ha convertido en adicta de ellas, saber que dormiras al lado de la persona que te escucha y que te ama es la mejor sensacion que existe en la vida.