La obra estrenó oficialmente anoche, 9 de marzo, y ya salieron las reseñas. Casi todas son mixtas, sólo he leído una reseña con la que estoy completamente de acuerdo. Lo chistoso es que aún en las críticas supuestamente negativas de la obra todo lo que señalan es positivo. Las reservas son respecto la historia, demasiado sentimental o azucarada según ellos. Esto se debe al hecho de que en la obra lo que se presentan son historias de seres humanos humildes, para ellos nada extraordinario y sobre todo no aparece nada relacionado a la violencia o drogadicción, lo cual es algo que los críticos parecen haber estado esperando. Dicen que hay una gran idealización pero yo lo que veo son los sufrimientos concretos, las luchas de gente pobre en una ciudad donde son minoría ("We are powerless" canta el coro cuando se va la electricidad en el barrio) y sobre todo un terrible dolor y una añoranza por las tierras que dejaron atrás, algo que creo que todo caribeño puede entender porque la diáspora de los 1940s nos marcó a todos. En la canción que inicia la obra se canta: "In the Heights I hang my flag up on display, it reminds me that I came from miles away." Son versos que calan profundamente en la experiencia de quien deja sus tierras por las razones que sean. Es algo que yo misma hice instintivamente durante los años que estuve estudiando fuera, es una evocación de la familia, la gente, las raíces, todo lo que uno es y que nunca se abandona a pesar de la distancia. Frente todas las situaciones difíciles los personajes en escena hacen lo que realmente hacemos los puertorriqueños y latinoamericanos: buscamos dentro de todo algo que celebrar, alzamos nuestra bandera, sacamos las maracas, güiros y pleneras y hacemos lo mejor que podemos con nuestra realidad. Como dice el personaje principal, refiriéndose al apagón:"So we're powerless, light up a candle, there's nothing going on that we can't handle." Este espíritu también es encarnado en el piragüero, quien mientras intenta mantener su negocio frente al Mr. Softy, nos canta "Keep scraping by" de alguna manera aludiendo no sólo al hielo de las piraguas que raspa, sino al espíritu trabajador frente la adversidad. Es esta escencia luchadora, de sonreír a pesar de las desgracias, lo que Lin-Manuel Miranda le rinde homenaje en su obra. El empeño silente de los críticos de querer ver una temática más oscura (las gangas, drogas, etc...) es un tanto contradictorio dado que recientemente vi en youtube una reseña de The Capeman en la que se lamentaba el hecho de que toda representación teatral de la comunidad lationamericana de Nueva York va siempre acompañada de aspectos negativos. Ahora al fin tenemos una obra que nos presenta de manera positiva y todavía no es suficiente. ¿Qué es más realista de todos modos? ¿West Side Story, que si se cambia la nacionalidad de los personajes la obra sigue exactamente igual, porque de Puerto Rico como tal no hay nada? (El mismo Sondheim quien escribió la letra admite que al momento no conocía a ningún puertorriqueño ni sabía nada de nuestra música o cultura.) Es cierto que la criminalidad es un problema real, no sólo en Washington Heights, en muchos otros lugares, como Puerto Rico mismo. Pero esa no es la realidad del día a día de todo el mundo y no veo nada irreal en enfocar en los aspectos cotidianos de la gente del barrio. A las reseñas se les escapó todo el trabajo meticuloso que se hizo en términos de usar la música como recurso narrativo. La nacionalidad de cada personaje es identificable por el tipo de música que cantan. Los personajes dominicanos cantan merengue o hip hop con fondo de bachata, los boricuas cantan mezclas de salsa, bomba y plena y Abuela Claudia que es cubana canta "Paciencia y fe", una mezcla de bolero y salsa cubana que es uno de los momentos más escalofriantes de la obra. Es un recurso sumamente efectivo pero que quizás a los norteamericanos se les escapa por su ignorancia de los distintos tipos de música latina. Los críticos pasaron por alto de las incontables referencias a nuestra música popular, como la bomba y la plena, que de hecho se citan libremente distintos versos de nuestras plenas, como Qué bonita bandera. Y jamás se enteraron de las referencias a nuestra literatura, como Usmail de Pedro Juan Soto y La noche que volvimos a ser gente de José Luis González, por ejemplo. Son referencias sutiles entremezcladas orgnánicamente en la obra que sólo alguien que conoce algo de literatura boricua percibirá. Un crítico señaló que la orquesta es más bien una banda, como si el usar instrumentos latinoamericanos y caribeños automáticamente la reduce de categoría. Esto es particularmente irrisorio porque la salsa nació de músicos entrenados que estando en Nueva York comenzaron a fusionar jazz con la música puertorriqueña, aguinaldos, bombas, plenas..etc. Pienso en Richie Ray y Bobby Cruz quienes entrelazaron su música con acordes de Chopin en Sonido Bestial. Tampoco parecen haber entendido el sentido irónico que gira al rededor de uno de los puntos cruciales de la historia. Un personaje gana la lotería, unos $96,000. A raíz de eso todos sueñan con lo que harían con ese dinero como si fuera la solución a sus problemas. Hay un toque de humor negro en esta escena porque, en efecto, ese dinero no es suficiente para cambiar las realidades de ninguno de los personajes. Aparte, como bien escribe el reseñador de Variety, la obra se construye más bien a través de los personajes. Es sobre la gente que vive en Washington Heights y lo que importa no es lo que "pasa" sino las historias personales que se recuentan y que resuenan en un plano humano. Yo puedo decir que conozco en mi vida personal a todos los personajes que salen en la obra, y que en efecto soy una mezcla de muchos de ellos. Y que una obra trascienda de esa manera es algo muy especial y raro. Para mí es la representación más realista de latinoamericanos , en calidad de personajes (y música), que he visto en el género musical. Desde ya estoy esperando ver a Lin-Manuel Miranda con un ramo de Tonys, ¡con mucho orgullo!
A petición/acoso de cierta persona (jaja) dejo aquí el vídeo que mencioné en el post de abajo donde Lin-Manuel Miranda responde (en un rap) a las críticas de que su obra presenta una visión idealizada del barrio:
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ay, ya lo puse! jajajaja
¡ahora todo el post es redundante!!
Y tu artículo en Claridad a doble página, muy bien!!!!!!!!!!!