una a una van cayendo...
Este es uno de los cuentos más raros que he escrito, probablemente culpa de la monga.
Muchas felicidades en esta época y que el 2007 sea un año lleno de éxitos, alegrías y mucha esperanza.
Una mosca descendía vertiginosamente hasta caer adentro. Mercedes observó sin asombro la precisión del insecto. Siempre es así, pensó, cuando uno más quiere algo...Acercó la copa para ver el cadáver flotando en el líquido rojo.
No era la primera vez que le ocurría. Esa pequeña barra siempre estaba tan poblada de moscas que era cuestión de mera ley de probabilidades. Volvió a colocar la copa sobre la mesa. Miró a su alrededor y suspiró. Sí, una a una van cayendo.
Mercedes se hundió en la silla. Tengo que dejar de venir a este sitio, pensó con convicción pero en el fondo sabía que ese local era una parada inevitable. Había algo atractivo en esas paredes despintadas, la madera gastada de las sillas y ese olor indescriptible producto del humo, el sudor y el licor que impregnaba todo el espacio.
Una mujer culona desfiló al frente suyo hasta llegar a la vellonera. Mientras deliberaba qué canción poner, iba jugando con su cabello encrispao. Con cada movimiento se iban advirtiendo unos leves destellos rojizos entre la melena. Una salsa vieja comenzó a sonar. La mujer, satisfecha, se ajustó la falda que apretaba sus chichos y comenzó a bailar.
Mercedes estaba a punto de reírse de la escena cuando se dio cuenta que ya no estaba sola en la mesa. Un hombre pequeño y delgado se había sentado sin pronunciarse. La miraba detenidamente.
-“¿Quién eres y por qué te sentaste aquí?
El hombre respondió con una leve carcajada. “Necesito una mesa y están todas cogidas. Eso es todo.”
Permaneció perpleja observándolo. Era un hombre feo. Sus ojos grandes de renacuajo enmarcaban una nariz perfectamente redonda y pequeña. Acariciaba suavemente su barba mal cuidada que apenas cubría ese rostro desagradable.
El hombre se fijó en la copa y la acercó a sí. “¿Puedo?”
Mercedes soltó una media sonrisa sarcástica, “Allá tú.”
La miró de reojo con los ceños fruncidos. Sus ojos recayeron sobre la copa. “Ah. La mosca me ganó.” dijo meneando el recipiente. Se quedó en silencio absorto en sus propios pensamientos. “Díme, ¿qué animal del aire eres?”
Ella permaneció sin expresión alguna. “Eres la persona más extraña que he conocido”
-“Sí, soy raro” dijo sin mirarla.
-“¿Quién eres?”, preguntó ya irritada.
Él levantó su cabeza indignado.
-“¿De veras que no lo sabes?”
-“¿Debería?”
-“Sí. Soy bastante famoso.”
-“Pues no te reconozco. ¿Quién eres?”
-“Yo soy el Cuco” y se empezó a reír con fuerza.
Mercedes rodó los ojos, “¿El Cuco?”
-“Sí.”
-“Ay, ¡por favor! ¿Eso es lo mejor que te puedes inventar?
-“No es ningún invento”
-“Pero a ver...Si eres el Cuco, ¿qué carajos haces aquí? ¿No deberías de estar atormentando a algún niño?”
El hombre pareció ofendido con la pregunta. “Ya no hago eso. Lo de los niños fue una fase.”
Mercedes no podía aguantarse la risa. “Entonces, ¿qué haces ahora? ¿Borrachón de oficio?”
-“No. No bebo. Además eso no es un oficio.”
-“Pues ¿qué haces ahora?”
-“Entre otras cosas, soy el mejor jugador de brisca del mundo.”
-“Para ser el Cuco no tienes mucha imaginación.”
-“Pero si es verdad”
-“Mira, no he bebido lo suficiente como para seguirte el jueguito. Me retiro.” Se levantó de la silla y se fue hasta la barra. Llamó al camarero y pidió otra copa de vino tinto. Tomó un sorbo y comenzó a relajarse de nuevo.
En ese momento entró al local un hombre de barba larga y canosa. Llevaba puesta una guayabera crema con pantalones marrones y en la mano tenía un cigarro casi consumido. Caminó directo al cenicero que estaba en la barra. Inhaló lo poco que quedaba y le sonrió a Mercedes. “Lumina sfinta” le dijo con una enorme sonrisa mientras apagaba el cigarro.
-“¿Qué?”
El anciano meneó un poco la cabeza y le respondió en un acento raro: “Felices Pascuas.”
-“Ah. Gracias...supongo”
El señor sacó un enorme reloj dorado de su bolsillo. Luego elevó su mirada. El Cuco le hacía señas desde la mesa. Guardó celosamente el reloj y se sentó sin decir una palabra.
El Cuco comenzó a barajar las cartas. Mercedes miraba a los dos hombres desde lejos. O sea que éste en serio juega brisca. Decidió concentrarse nuevamente en el vino, dejando de un lado la curiosidad morbosa por esos personajes tan peculiares que decidieron desfilar justamente hoy por allí. Al rato escuchó que alguien gritaba: “¡Mal rayo parta! Está bien, ganaste. Yo me llevo a la otra.”
El anciano se levantó molesto de su silla. Sacó nuevamente el reloj y lo abrió. Se dirigió hacia la mujer que bailaba salsa. Le tocó el hombro. Ella se viró y se pegó a su cuerpo. Mientras bailaban ella cada vez lucía más cansada. Finalmente le agarró la mano, “Ya es hora...”
La mujer asintió ya sin poder abrir los ojos y se fueron lentamente de la barra.
Mercedes se incomodó al ver la escena. Una brisa fría entraba por las ventanas. Sin saber muy bien cómo estaba segura que el Cuco la observaba. Se viró y ahí estaba él, mirándola con una sonrisa lasciva esbozada en su rostro.
-“¿Qué dices, Mercedes? ¿Jugamos?”
-“Yo nunca te dije mi nombre...”
El pequeño hombre irrumpió en una risa violenta mientras mezclaba las cartas. Ella se fijó en cómo las dejaba caer de una mano a otra.
-“Vente, chica.”
Mercedes tragó con dificultad. No quería. Sintió la necesidad de salir corriendo lo más rápido posible. Pero por alguna razón no podía irse de allí. Necesitaba alcohol, algo, lo que sea que le diera las fuerzas. Agarró la copa y cuando la acercó a sus labios pudo vislumbrar un punto negro que flotaba dentro del vino. Típico, pensó, cuando uno más quiere algo...
Muchas felicidades en esta época y que el 2007 sea un año lleno de éxitos, alegrías y mucha esperanza.
Salvador Dalí. Senicitas, 1927.
Una a una van cayendo...
Una mosca descendía vertiginosamente hasta caer adentro. Mercedes observó sin asombro la precisión del insecto. Siempre es así, pensó, cuando uno más quiere algo...Acercó la copa para ver el cadáver flotando en el líquido rojo.
No era la primera vez que le ocurría. Esa pequeña barra siempre estaba tan poblada de moscas que era cuestión de mera ley de probabilidades. Volvió a colocar la copa sobre la mesa. Miró a su alrededor y suspiró. Sí, una a una van cayendo.
Mercedes se hundió en la silla. Tengo que dejar de venir a este sitio, pensó con convicción pero en el fondo sabía que ese local era una parada inevitable. Había algo atractivo en esas paredes despintadas, la madera gastada de las sillas y ese olor indescriptible producto del humo, el sudor y el licor que impregnaba todo el espacio.
Una mujer culona desfiló al frente suyo hasta llegar a la vellonera. Mientras deliberaba qué canción poner, iba jugando con su cabello encrispao. Con cada movimiento se iban advirtiendo unos leves destellos rojizos entre la melena. Una salsa vieja comenzó a sonar. La mujer, satisfecha, se ajustó la falda que apretaba sus chichos y comenzó a bailar.
Mercedes estaba a punto de reírse de la escena cuando se dio cuenta que ya no estaba sola en la mesa. Un hombre pequeño y delgado se había sentado sin pronunciarse. La miraba detenidamente.
-“¿Quién eres y por qué te sentaste aquí?
El hombre respondió con una leve carcajada. “Necesito una mesa y están todas cogidas. Eso es todo.”
Permaneció perpleja observándolo. Era un hombre feo. Sus ojos grandes de renacuajo enmarcaban una nariz perfectamente redonda y pequeña. Acariciaba suavemente su barba mal cuidada que apenas cubría ese rostro desagradable.
El hombre se fijó en la copa y la acercó a sí. “¿Puedo?”
Mercedes soltó una media sonrisa sarcástica, “Allá tú.”
La miró de reojo con los ceños fruncidos. Sus ojos recayeron sobre la copa. “Ah. La mosca me ganó.” dijo meneando el recipiente. Se quedó en silencio absorto en sus propios pensamientos. “Díme, ¿qué animal del aire eres?”
Ella permaneció sin expresión alguna. “Eres la persona más extraña que he conocido”
-“Sí, soy raro” dijo sin mirarla.
-“¿Quién eres?”, preguntó ya irritada.
Él levantó su cabeza indignado.
-“¿De veras que no lo sabes?”
-“¿Debería?”
-“Sí. Soy bastante famoso.”
-“Pues no te reconozco. ¿Quién eres?”
-“Yo soy el Cuco” y se empezó a reír con fuerza.
Mercedes rodó los ojos, “¿El Cuco?”
-“Sí.”
-“Ay, ¡por favor! ¿Eso es lo mejor que te puedes inventar?
-“No es ningún invento”
-“Pero a ver...Si eres el Cuco, ¿qué carajos haces aquí? ¿No deberías de estar atormentando a algún niño?”
El hombre pareció ofendido con la pregunta. “Ya no hago eso. Lo de los niños fue una fase.”
Mercedes no podía aguantarse la risa. “Entonces, ¿qué haces ahora? ¿Borrachón de oficio?”
-“No. No bebo. Además eso no es un oficio.”
-“Pues ¿qué haces ahora?”
-“Entre otras cosas, soy el mejor jugador de brisca del mundo.”
-“Para ser el Cuco no tienes mucha imaginación.”
-“Pero si es verdad”
-“Mira, no he bebido lo suficiente como para seguirte el jueguito. Me retiro.” Se levantó de la silla y se fue hasta la barra. Llamó al camarero y pidió otra copa de vino tinto. Tomó un sorbo y comenzó a relajarse de nuevo.
En ese momento entró al local un hombre de barba larga y canosa. Llevaba puesta una guayabera crema con pantalones marrones y en la mano tenía un cigarro casi consumido. Caminó directo al cenicero que estaba en la barra. Inhaló lo poco que quedaba y le sonrió a Mercedes. “Lumina sfinta” le dijo con una enorme sonrisa mientras apagaba el cigarro.
-“¿Qué?”
El anciano meneó un poco la cabeza y le respondió en un acento raro: “Felices Pascuas.”
-“Ah. Gracias...supongo”
El señor sacó un enorme reloj dorado de su bolsillo. Luego elevó su mirada. El Cuco le hacía señas desde la mesa. Guardó celosamente el reloj y se sentó sin decir una palabra.
El Cuco comenzó a barajar las cartas. Mercedes miraba a los dos hombres desde lejos. O sea que éste en serio juega brisca. Decidió concentrarse nuevamente en el vino, dejando de un lado la curiosidad morbosa por esos personajes tan peculiares que decidieron desfilar justamente hoy por allí. Al rato escuchó que alguien gritaba: “¡Mal rayo parta! Está bien, ganaste. Yo me llevo a la otra.”
El anciano se levantó molesto de su silla. Sacó nuevamente el reloj y lo abrió. Se dirigió hacia la mujer que bailaba salsa. Le tocó el hombro. Ella se viró y se pegó a su cuerpo. Mientras bailaban ella cada vez lucía más cansada. Finalmente le agarró la mano, “Ya es hora...”
La mujer asintió ya sin poder abrir los ojos y se fueron lentamente de la barra.
Mercedes se incomodó al ver la escena. Una brisa fría entraba por las ventanas. Sin saber muy bien cómo estaba segura que el Cuco la observaba. Se viró y ahí estaba él, mirándola con una sonrisa lasciva esbozada en su rostro.
-“¿Qué dices, Mercedes? ¿Jugamos?”
-“Yo nunca te dije mi nombre...”
El pequeño hombre irrumpió en una risa violenta mientras mezclaba las cartas. Ella se fijó en cómo las dejaba caer de una mano a otra.
-“Vente, chica.”
Mercedes tragó con dificultad. No quería. Sintió la necesidad de salir corriendo lo más rápido posible. Pero por alguna razón no podía irse de allí. Necesitaba alcohol, algo, lo que sea que le diera las fuerzas. Agarró la copa y cuando la acercó a sus labios pudo vislumbrar un punto negro que flotaba dentro del vino. Típico, pensó, cuando uno más quiere algo...
Labels: ficción
culpable del blog:
- no apta para la humanidad
- Puerto Rico
- My profile
ineptitudes previas:
evidencia completa de la ineptitud:
- July 2005
- October 2005
- November 2005
- December 2005
- January 2006
- February 2006
- March 2006
- April 2006
- May 2006
- June 2006
- July 2006
- August 2006
- September 2006
- October 2006
- November 2006
- December 2006
- January 2007
- February 2007
- March 2007
- April 2007
- May 2007
- June 2007
- July 2007
- August 2007
- September 2007
- October 2007
- November 2007
- December 2007
- January 2008
- February 2008
- March 2008
- April 2008
- May 2008
- June 2008
- September 2008
- December 2008
- February 2009
- April 2009
- August 2009
- October 2009
- December 2009
- May 2010
Esta página y todo su contenido está protegida por la siguiente licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial 2.5 License.
links:
- 27 minutos
- aiutami, schopenhauer!!!!
- agentes catalíticos
- blog del p.j.
- bocetos de una ciudad silente de ana maría fuster
- boreales de yolanda arroyo pizarro
- capturando pensamientos fugaces
- cargas y descargas
- comentario
- confesiones de ángelo negrón
- confesiones de la madam
- crónica de un regreso
- déjame que te cuente, boricua
- derivas
- el blog de borges
- el tercer ojo de estela
- email urbano
- estruendomudo
- fallen angels and stars
- frente al autismo
- impressoes e intimidades
- ínfimos urbanos
- joel's thoughts on stuff
- jonathan hernández
- la bitácora de cristal
- la ley del amor
- "la princesa está triste ¿qué tendrá la princesa?"
- la tribu de los cafres (no entrar si están a dieta)
- letras de trapo de amarilis tavarez
- notas de locura lúcida
- ñ
- peregrino
- pinacoteca
- puta madre
- ¿qué se ama cuando se ama?
- rabietario
- realidad novelada
- resumen de tu cuerpo
- rincón de la diosa
- saudade
- ¡sal pá fuera!
- sergio gutierrez-negrón
- sin su permiso
- sinapsis
- tendido negro
- the talio's blog
- un bizcochito en san juan
- uni-verso in-verso & in-imagens
- ventrílocuo de mà mismo
- y...como ícaro
- yo, bush...
ATOM 0.3
Sí es raro, pero a mí me encantó. ¡Excelente! Debo ponerme al día con tu blog. Veo que hay cuentos muy buenos. Cuídate amiga y FELIZ NAVIDAD!!!
¡Así que a eso se dedica Don Cuco Ahora!
¿A que te referías con lo raro? No lo hallé. Lo que si encontré fue una narración muy entretenida que traspasa las lindes del suspenso convirtiéndose en divertida debido al sarcasmo y otros elementos muy bien aplicados.
La descripción del contrincante del Cuco me recordó a Santa Claus. ¿A eso se consagra ahora? ¿O es que supongo mal y no es a él a quien describes?
Me encantó este escrito.
Espero hayas salido de la monga. Mucha vitamina C y Lumina Sfinta para ti.
Me gustó. Hay algunas partes donde puedes ser más concisa. También, no sé porque le pones guiones a los diálogos y comillas también. El guión es más que suficiente.
Cositas pequeñas. Muy bueno.
Felicidades.
Raro, sí, pero delicioso. Ya te extrañábamos!
Bendiciones y amor en el año nuevo!
No podías haber desplegado mayor virtuosismo, para despedir el año, que dejándonos esta magnífica obra.
Deseo además de feliciitarte, agradecerte el esfuerzo que has hecho de venir a visitarme durante el cumple del barco, rogando a Dios que las dificultades de las que me has habladO estén plenamente superadas, mi querida AMIGA.
Y aquí esoty, como no podrÍa seR de otra forma, antes de las 24 horas, para brindar a tu lado, y dearte mucha luz , y mucha felicidad en el 2007 y los que vienen atrás.
Un besote.
a mí me gustó. hasta me quedé con las ganas...
¡muchas felicidades!
Qué bueno que estés mejor! Yo aun paso efectos de broquitis y otros maleficios.
No sé por qué cuando se está malilla-o nuestra mente recorre caminos introspectivos, exorcizantes, renovadores, paridores.
Por cierto leí por ahí que unos cientificos intentan probar su teoría de que en la mente humana está el alma...
Bueno, me fui de tema... creo! :D
De comienzo a final del cuento estuve entre la sorpresa y espectativa con una sonrisota.
No sé si Mercedes estaba atrapada en la cotidianidad de manera conforme. De ser así pediría otra copa, y el Cuco la convencería de jugar, y si perdía, era premio o castigo lo que le esperaba?
Feliz 2007 para ti y todos!
Bajo los efectos de los gérmenes... ¿quién lo diría? Fascinante relato, como siempre, tu palabra cautiva. Recibe mi cariño inmenso y te deseo un fabu-2007.
Un abrazo a mi amiga!!!
Mariposa Nocturna: jeje, gracias! Muchas felicidades para ti también! Ya pasaré a visitar tu página.
Ángelo Negrón: Ya ves a lo que se dedica el Cuco...Gracias por esas palabras. No sé, a veces uno escribe sin saber si es efectivo o no.
¿Santa Clós? jejeje...No, no fue lo que me imaginé pero está interesante esa interpretación porque serían dos figuras del imaginario infantil. Este cuento para mí es como un resumen de mi año. Hay muchas imágenes que están metidas por ahí que tienen que ver con eso. Así como el "lumina sfinta", jaja.
Muchas felicidades para ti y ya se fue la monga.
un abrazo
José Borges: Gracias por las observaciones. Estoy de acuerdo, podría ser más sucinta en algunas partes. Y eso de las comillas...em...ni idea de dónde saqué esa manía, jajaja.
muchas felicidades
Zolliker: Gracias! Sabes que valoro mucho tu opinión. Ya pasaré por tu página que hace siglos que no me doy la vuelta.
un abrazo y felicidades
Goddess: Igual, linda! Muchas felicidades
Navegante: Me alegra que te haya gustado. Muchas felicidades en este año que comienza así como en el año que cumple tu bitácora. Ya las cosas se han suavizado y espero no apartarme tanto.
un abrazo
Kahlúa Macarena: así que el cuento te que dejó con ganas...jejeje
Muchas felicidades para ti también y que este año nuevo sea uno maravilloso lleno de alegrías, triunfos y buenas noticias.
Ana: Bueno, para mí no te saliste de tema...pero yo soy medio caótica así que no soy un buen referente, ja! Estoy de acuerdo. Cuando estoy enferma me vienen imágenes y pensamientos alucinantes.
Sobre lo que me preguntas del cuento...pues ni yo misma estoy segura.
Feliz año y un abrazo
Ana María: ¿Quién diría que los gérmenes inspiraran a una? jejeje
También te deseo un año maravilloso. Que se sigan sumando tus logros, que se multipliquen tus letras y que siempre vivas rodeada de mucho amor.
un abrazo inmenso y a ver cuándo se reúnen las brujitas
Ah, y todavía tenemos que hacer el manual de los esclavos! jaja
Ese Cuco tiene influencias demoniacas. :) No sé por qué este relato me acuerda a un encuentro del tercer tipo en una barra del Viejo San Juan. Una noche extraña donde apareció un facsímil razonable del Cuco y al otro lado una fraternidad de hawaiianos embriagados. La narración es excelente, pica la curiosidad. Y si esto es raro, que vengan más. :)
Me encantó esta nueva versión del 'cuco'. Ingenioso relato. Me quedé con la curiosidad de quién era el otro anciano que se llevó a la chica de la vellonera (¿acaso no es el 'hombre del saco'?) Disfruté de este relato.
Te seguiré visitando y leyendo.
Dios te bendigaAaA!
los cuentos siempre son raros porque todos somos raros y nadie entiende nuestro pequeño mundo
amigaaaa ya arregle lo del msn,apoyame en www.jicotillos.net ando publicando cuentos infantiles los viernes :) aver que sale
saludos y abrazos!
Estela: jajajajaja...Este cuentos era una mezcla de cosas que habían pasado durante todo el año. Aunque confieso que no estaba pensando en nuestro filósofo del delirio, jeje, pero probablemente se asomó por ahí en medio de mi propio delirio febril. Uy, eso me recuerda que tengo que hacer un cuento de ese encuentro del tercer tipo.
un abrazote inmenso
Neftalí Cruz Negrón: jeje, ¿hombre del saco? mmm...No era a lo que me refería pero tendría sentido.
Gracias por tus palabras.
Mattie: Liiindaaa! Me alegra que resolviste el lío ese del msn. Tienes razón, todos somos raros, jeje.
Ya me daré la vuelta. Eso de cuentos infantiles suena muy interesante.
un abrazote y muchas felicidades en el 2007!!
Que bueno ver chicos (¿lo son?) en estos menesteres y con tanto talento. A la edad de ustedes yo me reunía con los locos de mi gene y hacíamos esto mismo en persona, en papel y tinta, sin tecno. Eramos más square; los modelos estaban más cercanos o más presentes. Una brisa fresca sopla desde tus letras. Síguela. De veras me alegra mucho, como si la esperanza vilviera a ganar un poco de su viejo color. Adelante tú y todos esos y esas que no sé quienes son (salvo Ana María)y que son tan buenos como tú. Luis Raúl
Ante todo vengo a desearte que te encuentres muy bien,y además a saldar una vieja deuda que tengo contigo.
Has sido una de mis más antiguas compañeras de viaje, y era hora de cumplIr algo que te estaba debiendo,
Y es el tenerte linkeada, con el mayor de mis afectos.
Un besito, y espero te agrade el apelativo que irá al lado de tu nombre.
Luis Raúl: Gracias. Yo sólo escribo porque me encanta, sin necesariamente tener muy claro lo que estoy haciendo. Pero sí, lo seguiré haciendo. Suena hermoso eso que cuentas, amigos escritores que se reunen para compartir sus letras. Es realmente hermoso!
Gracias por los comentarios.
Saludos!
Navegante: Gracias por los buenos deseos y por esa generosidad hacia a mí. Espero que tú también te encuentres bien y ya pasaré por tu bitácora.
un abrazo